El profesorado del CEIP
La Almazara se ha adentrado y formado en el mundo de la Disciplina Positiva,
para poner en práctica todas las herramientas posibles con nuestro alumnado y también, con nuestr@s
hij@s. Dejar de lado los castigos, gritos, chantajes o amenazas por parte de
los adultos y encauzar esa sobreestimulación, rebeldía, demandas exigentes y
comportamientos inadecuados de l@s niñ@s, conectar con esas emociones que
predominan acorde a su edad. “La mente de un niño es frágil. Sus emociones
marcan su futuro. Tus palabras definen su destino”.
En “Educar en el asombro”, Catherine L´Ecuyer,
nos plantea este interrogante, ¿Cómo lograr que un niño, y luego un
adolescente, sea capaz de estar quieto observando a su alrededor, capaz de
esperar antes de tener, capaz de pensar, con motivación para aprender sin miedo
al esfuerzo?
No es fácil responder a esta cuestión,
hemos de tener en cuenta algunos aspectos en el proceso; el cerebro de l@s
niño@s es cambiante, los adultos tenemos que ayudarles en su desarrollo,
trabajando con ellos y ayudándoles a tomar decisiones, enseñarles habilidades
sociales y de vida, siempre en un ambiente amable, cordial, firme y respetable.
Y por otra parte, el comienzo de dicho proceso, como afirmaba María Montessori,
médica, educadora y pedagoga; “El periodo más importante en la vida es el
primero de todos; desde el nacimiento hasta los seis años de edad” Por
ello, es fundamental construir los cimientos de la educación de l@s niñ@s
durante esa etapa, si queremos que se conviertan en los adultos que habían
soñado ser de pequeñ@s.
Se acaba este “extraño”
y “diferente” curso escolar que nos ha tocado vivir debido a un virus que ha
puesto en jaque a “nuestro” mundo. Si bien, ha habido mucha desesperación,
desánimo y desgracias, aunque sea complicado, hay que intentar sacar cosas
positivas de este episodio.
Las últimas
generaciones de niñ@s crecen en un entorno frénetico y exigente, una sociedad
que se mueve en la productividad y el consumo y que no tiene descanso. Esto
provoca que la tarea de educar y criar sea cada vez más compleja y que se
delegue en otras figuras e instituciones. Ese “virus” nos ha obligado a pasar
todo el tiempo con papá y mamá, nos ha obligado a ser familia de nuevo. De
pronto, se acaban esas jornadas laborables interminables de algunos padres, se
acaban esas numerosas actividades extraescolares para l@s niñ@s y nos
encontramos juntos en casa desde la salida hasta la puesta de sol. Algunas familias necesitaban este tiempo
urgentemente. Hay padres que han descubierto infinidad de cosas de sus hij@s,
sus gustos, inquietudes, juegos preferidos, habilidades que desconocían, etc;
los padres que recordando su niñez han hecho lo mejor que podían hacer por sus
hijos, tumbarse en el suelo y ponerse a su nivel a jugar.
¿Qué
mejor ocasión para aplicar esa Disciplina Positiva? El confinamiento ha sido un periodo aprovechable para reconducir
y consolidar diferentes aspectos de la educación de l@s hij@s, siempre que los
padres hayan tenido esa preocupación y motivación por aprender y conocer las
numerosas herramientas (blogs, libros, centros de formación) para desarrollar
el potencial intelectual y emocional de sus hij@s: Comprensión y paciencia,
empatía, comunicación, crear rutinas, reforzar las normas y comportamientos
positivos, poner límites sin dramas….Está claro que es un proceso largo y
complicado, no se consigue de la noche a la mañana, pero hay que intentar no
tirar la toalla, más aún, cuando el profesorado en la escuela y los padres en
casa, coinciden en esa forma de educar. Sin duda, se alcanzará el éxito de una
manera más rápida, sencilla y muy favorable para l@s niñ@s.
Tenemos que intentar
aunar los esfuerzos de toda la comunidad educativa por y para la educación de
l@s niñ@s, no se conseguiría el objetivo común haciendo unas cosas en el
colegio y otras en casa. Por ello, es importante que centros como el nuestro, busque
formas de dar a conocer los medios para que los padres aprendan y se formen en
dicha educación, por ejemplo, a través de la escuela de familias que venimos
haciendo en estos últimos cursos escolares.
Por otra parte, hemos
de tener claro algo muy importante: considerar la paternidad como un
privilegio, no como un lastre. Cuantas veces hemos oído “con los hijos, el
tiempo pasa volando”, “lo que dejes de hacer ahora con ellos, lo perderás para
siempre”. En “El cerebro del niño
explicado a los padres”, Álvaro Bilbao nos recomienda, antes de mostrarnos cantidad
de herramientas y actividades, asimilar dos premisas fundamentales para la
nueva paternidad: aprovecha y disfruta el momento.
Por último, hay una
condición, demostrada científicamente, que todo padre y toda madre puede hacer
para mejorar el desarrollo emocional e intelectual de sus hij@s, así como su
felicidad; no necesita de gran esfuerzo ni sacrificio, solamente es...
PASAR EL
MAYOR TIEMPO POSIBLE CON ELL@S!