¡ENSEÑAR SIN DAÑAR!
Como ya anunciamos, un año más
seguimos haciendo camino con nuestro proyecto.
Ya hemos comentado en otras
ocasiones, la necesidad de realizar cambios en la educación que acompañen a los imparables de la sociedad, y tanto familias (en la escuela de
familias), como maestros, este curso seguimos formándonos para ello.
Esta vez avanzamos de la mano
de IDEAT (Centro de Intervención a la Diversidad Educativa y Atención Temprana)
y con Blanca y su equipo, nos centramos en la Disciplina Positiva.
La Disciplina Positiva es el
punto medio entre el autoritarismo y la permisividad, es firmeza pero con dignidad y respeto.
Dicho así parece fácil, pero
no lo es en absoluto, requiere tener en cuenta muchos aspectos del educando que la mayoría de veces sin querer pasamos por alto, ya que nos limitamos a corregir las
conductas finales que no nos parecen adecuadas, pasando por alto las causas
que han llevado ellas y que por tanto se repetirán.
Dichos aspectos pasan por
conocer cómo funciona el cerebro en cada etapa, conocer cómo funcionan las
emociones, cuáles son las necesidades según la edad, cuál es el contexto en el
que se desarrolla cada conducta o conocer el gran poder del pensamiento y el
diálogo.
Ahora ya no parece tan fácil,
pero es necesario aprender ya que las otras opciones son realmente dañinas para
nuestros niños y niñas y además no los prepara para la realidad social en la
que vivimos.
En el próximo post daremos
algunas herramientas que nos pueden ayudar a enseñar a través de la Disciplina
Positiva.
“¿De dónde sacamos la loca idea de que
para hacer que los niños se porten mejor, primero tenemos que hacerlos sentir
peor?” Jane Nelsen.
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