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23 de junio de 2020

Tiempos para la reflexión...

Proyecto de innovación

El profesorado del CEIP La Almazara se ha adentrado y formado en el mundo de la Disciplina Positiva, para poner en práctica todas las herramientas posibles  con nuestro alumnado y también, con nuestr@s hij@s. Dejar de lado los castigos, gritos, chantajes o amenazas por parte de los adultos y encauzar esa sobreestimulación, rebeldía, demandas exigentes y comportamientos inadecuados de l@s niñ@s, conectar con esas emociones que predominan acorde a su edad. “La mente de un niño es frágil. Sus emociones marcan su futuro. Tus palabras definen su destino”.

En “Educar en el asombro”, Catherine L´Ecuyer, nos plantea este interrogante,  ¿Cómo lograr que un niño, y luego un adolescente, sea capaz de estar quieto observando a su alrededor, capaz de esperar antes de tener, capaz de pensar, con motivación para aprender sin miedo al esfuerzo?

       No es fácil responder a esta cuestión, hemos de tener en cuenta algunos aspectos en el proceso; el cerebro de l@s niño@s es cambiante, los adultos tenemos que ayudarles en su desarrollo, trabajando con ellos y ayudándoles a tomar decisiones, enseñarles habilidades sociales y de vida, siempre en un ambiente amable, cordial, firme y respetable. Y por otra parte, el comienzo de dicho proceso, como afirmaba María Montessori, médica, educadora y pedagoga; El periodo más importante en la vida es el primero de todos; desde el nacimiento hasta los seis años de edad” Por ello, es fundamental construir los cimientos de la educación de l@s niñ@s durante esa etapa, si queremos que se conviertan en los adultos que habían soñado ser de pequeñ@s.

Se acaba este “extraño” y “diferente” curso escolar que nos ha tocado vivir debido a un virus que ha puesto en jaque a “nuestro” mundo. Si bien, ha habido mucha desesperación, desánimo y desgracias, aunque sea complicado, hay que intentar sacar cosas positivas de este episodio.

Las últimas generaciones de niñ@s crecen en un entorno frénetico y exigente, una sociedad que se mueve en la productividad y el consumo y que no tiene descanso. Esto provoca que la tarea de educar y criar sea cada vez más compleja y que se delegue en otras figuras e instituciones. Ese “virus” nos ha obligado a pasar todo el tiempo con papá y mamá, nos ha obligado a ser familia de nuevo. De pronto, se acaban esas jornadas laborables interminables de algunos padres, se acaban esas numerosas actividades extraescolares para l@s niñ@s y nos encontramos juntos en casa desde la salida hasta la puesta de sol.  Algunas familias necesitaban este tiempo urgentemente. Hay padres que han descubierto infinidad de cosas de sus hij@s, sus gustos, inquietudes, juegos preferidos, habilidades que desconocían, etc; los padres que recordando su niñez han hecho lo mejor que podían hacer por sus hijos, tumbarse en el suelo y ponerse a su nivel a jugar.

        ¿Qué mejor ocasión para aplicar esa Disciplina Positiva? El confinamiento ha sido un periodo aprovechable para reconducir y consolidar diferentes aspectos de la educación de l@s hij@s, siempre que los padres hayan tenido esa preocupación y motivación por aprender y conocer las numerosas herramientas (blogs, libros, centros de formación) para desarrollar el potencial intelectual y emocional de sus hij@s: Comprensión y paciencia, empatía, comunicación, crear rutinas, reforzar las normas y comportamientos positivos, poner límites sin dramas….Está claro que es un proceso largo y complicado, no se consigue de la noche a la mañana, pero hay que intentar no tirar la toalla, más aún, cuando el profesorado en la escuela y los padres en casa, coinciden en esa forma de educar. Sin duda, se alcanzará el éxito de una manera más rápida, sencilla y muy favorable para l@s niñ@s.

Tenemos que intentar aunar los esfuerzos de toda la comunidad educativa por y para la educación de l@s niñ@s, no se conseguiría el objetivo común haciendo unas cosas en el colegio y otras en casa. Por ello, es importante que centros como el nuestro, busque formas de dar a conocer los medios para que los padres aprendan y se formen en dicha educación, por ejemplo, a través de la escuela de familias que venimos haciendo en estos últimos cursos escolares.

Por otra parte, hemos de tener claro algo muy importante: considerar la paternidad como un privilegio, no como un lastre. Cuantas veces hemos oído “con los hijos, el tiempo pasa volando”, “lo que dejes de hacer ahora con ellos, lo perderás para siempre”. En “El cerebro del niño explicado a los padres”, Álvaro Bilbao nos recomienda, antes de mostrarnos cantidad de herramientas y actividades, asimilar dos premisas fundamentales para la nueva paternidad: aprovecha y disfruta el momento.

Por último, hay una condición, demostrada científicamente, que todo padre y toda madre puede hacer para mejorar el desarrollo emocional e intelectual de sus hij@s, así como su felicidad; no necesita de gran esfuerzo ni sacrificio, solamente es... 

PASAR EL MAYOR TIEMPO POSIBLE CON ELL@S!

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